Cazadores de Sombras #6: Ciudad del Fuego Celestial
Cassandra Clare
(o cómo decir adiós a la saga fantástica de mi juventud)
Cinco años después de engancharme a esta saga, la última entrega de The Mortal Instruments, de Cassandra Clare, ha llegado a mis manos. Hace apenas un mes que leí Princesa Mecánica, el último de la trilogía de Los Orígenes, y por lo tanto las expectativas estaban muy altas.
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Clary, Jace y el resto de jóvenes protagonistas siguen esperando la embestida definitiva de Sebastian, el hijo de Valentine, que tras conseguir la Copa Mortal tiene el poder para crear una versión aberrante e insensible de los nefilim. El sangriento ataque al Instituto de Los Ángeles les confirma algo que ya sospechaban: Sebastian se está moviendo, reuniendo a sus tropas, y preparado para dar la estocada que desmoronará el mundo de los Cazadores de Sombras tal y como lo conocen.
Mientras tanto el grupo sigue lidiando con sus propios problemas. Jace sigue con el fuego celestial en su interior, controlándolo a duras penas, y no parece haber una solución definitiva para su problema. Alec permanece indeciso y destrozado tras la catastrófica ruptura con Magnus semanas antes, y por consecuencia la ayuda del brujo es algo que no pueden esperar sí o sí. Isabelle y Simon viven su relativo idilio aún siendo Simon un vampiro, y Maia y Jordan llegan a un punto muerto en su relación. Todas estas historias quedarán atrapadas en el fuego cruzado.
Los nefilim deberán elegir sabiamente en quién confiar, pues algunos Subterráneos, como los vampiros o las hadas, pueden no estar de su lado. El desarrollo de las cosas les llevará a combatir a algunos que consideraban amigos, cambiados por las circunstancias, y a ganar pequeñas batallas que al final no serán sino pérdidas en sí mismas. ¿Lograrán proteger todos los mundos conocidos del envite final del hijo de Valentine?
Mientras tanto el grupo sigue lidiando con sus propios problemas. Jace sigue con el fuego celestial en su interior, controlándolo a duras penas, y no parece haber una solución definitiva para su problema. Alec permanece indeciso y destrozado tras la catastrófica ruptura con Magnus semanas antes, y por consecuencia la ayuda del brujo es algo que no pueden esperar sí o sí. Isabelle y Simon viven su relativo idilio aún siendo Simon un vampiro, y Maia y Jordan llegan a un punto muerto en su relación. Todas estas historias quedarán atrapadas en el fuego cruzado.
Los nefilim deberán elegir sabiamente en quién confiar, pues algunos Subterráneos, como los vampiros o las hadas, pueden no estar de su lado. El desarrollo de las cosas les llevará a combatir a algunos que consideraban amigos, cambiados por las circunstancias, y a ganar pequeñas batallas que al final no serán sino pérdidas en sí mismas. ¿Lograrán proteger todos los mundos conocidos del envite final del hijo de Valentine?
Sinceramente, no esperaba que Cassandra Clare pudiera escribir un libro que superara a las anteriores entregas de la saga; en especial a Ciudad de Cristal, el cierre de la primera trilogía. Es una sensación que creo que muchos fans teníamos tras leer los tres primeros libros y ver que, efectivamente, había continuación. "¿Y ahora qué?" "¿Qué puede hacer que sea más grande y peligroso que lo que sucede en Ciudad de Cristal?". Pues esto, ni más ni menos.
La trama sí resulta innovadora aunque ya era difícil de por sí. Más que batallas súper originales que no nos esperemos, juega con los lugares donde estas se producen para introducir situaciones que no se han visto en la trama. A remarcar los pasajes, totalmente épicos, del bastión de las Hermanas de Hierro y lo sucedido en pleno corazón de Idris. Aunque sin duda para mí el culmen se lo lleva el viaje a Edom: ése tipo de situaciones, donde el grupo debe sobrevivir sin apenas recursos y en un mundo totalmente hostil siempre consiguen mantenerme en vilo, y en este caso lo consiguió. Porque obliga a los protagonistas a colaborar, a comprenderse y a relacionarse en situaciones límite. Oh the feelings...
Hay personajes como Isabelle, Alec y Magnus que llegan a un nuevo nivel de realismo, de complejidad. Y Sebastian... aix, Sebastian. Sin spoilers, yo era partidaria de que su personaje era más profundo de lo que parecía (o más complejo), y el pequeño giro argumental cerca del final de la novela lo demuestra con creces. Los fans de Jace y Clary no quedarán descontentos (imagino), aunque en mi opinión el clímax de nuestros dos protagonistas en cuanto a desarrollo llegó en Ciudad de Cristal, permitiendo en este caso que sean los secundarios los que brillen con luz propia (que tampoco está mal). El papel de Simon es tal vez más humilde de lo que fue en los dos libros anteriores, pero siguen habiendo sucesos puntuales (más mientras más avanza la novela) que le ponen como absoluto protagonista.
El estilo no será una sorpresa para nadie, con esos toques de humor tan típicos de la autora y a la vez el drama y la acción, todo en las dosis necesarias. Habrá algún giro argumental inesperado, en especial hacia la segunda mitad. También una escenita subida de tono que estoy segura que muchos seguidores esperaban. En general cierra todos los cabos abiertos hasta ahora y a su vez deja tramas suficientes para que el lector quede con ganas de más.
Debo decir que Cassandra se ha preparado muy bien el camino para la siguiente saga, The Dark Artifices, que verá la luz en 2015. La inclusión en la historia de personajes como Jules, Emma y Mark Blackthorne (éste último me produce especial curiosidad). A destacar también a Malcolm Fade, un peculiar brujo que hace una aparición fugaz en la historia y que, basándose la secuela en Los Ángeles, seguro que sabremos más de él.
El estilo no será una sorpresa para nadie, con esos toques de humor tan típicos de la autora y a la vez el drama y la acción, todo en las dosis necesarias. Habrá algún giro argumental inesperado, en especial hacia la segunda mitad. También una escenita subida de tono que estoy segura que muchos seguidores esperaban. En general cierra todos los cabos abiertos hasta ahora y a su vez deja tramas suficientes para que el lector quede con ganas de más.
Debo decir que Cassandra se ha preparado muy bien el camino para la siguiente saga, The Dark Artifices, que verá la luz en 2015. La inclusión en la historia de personajes como Jules, Emma y Mark Blackthorne (éste último me produce especial curiosidad). A destacar también a Malcolm Fade, un peculiar brujo que hace una aparición fugaz en la historia y que, basándose la secuela en Los Ángeles, seguro que sabremos más de él.
Un cierre más que épico para esta saga que ha movido masas (y con razón). Personalmente, una parte de mi juventud acaba de morir ahí :'D
No sé quién hizo este gif pero es el/la puto/a amo/a... |
4,5/5
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Ahora toca el destripe punto por punto de lo que personalmente me pareció más reseñable.
A partir de aquí, SPOILERACOS
Lo que me encantó
Sebastian en este libro es sencillamente PER-FEC-TO. Deja lo de ser un malvado ciego como era en Ciudad de Cristal y se convierte en un antagonista que quiere a todo precio ser amado, sin importar lo que deba hacer para ello. Todos intuíamos la ambigua atracción incestuosa de Sebastian hacia su hermana Clary, pero personalmente no esperaba que su objetivo fuera convertirla en reina a su lado (aunque me lo iba oliendo desde el final del quinto-principio de este). El momento final, cuando muere en manos de Jocelyn (esa mujer que se odió durante tanto tiempo por haberle dado a luz), ofreciendo un chispazo de lo que podría haber sido sin la mano negra de Valentine, os juro que me rompió el corazón.
Por fin hemos sabido quién es el padre de Magnus. Yo teorizaba que se trataba de Lucifer, pero el hecho de que sea hijo de uno de los Príncipes del Averno tiene su punto. No solo es un brujo excepcional sino que encima tela marinera la historia de su origen. P.D. En la mitología de la Edad Media, Asmodeus era identificado como el demonio de la lujuria. ¿Coincidencia? No lo creo... (de ahí que Magnus sea un sex-machine, tal vez).
Un detalle tal vez tonto que me encantó es la última conversación de Alec con su padre. Creía que el personaje de Robert ya estaba definitivamente perdido y había empezado a odiarle seriamente, pero ese último momento con su hijo me enterneció. Porque aunque le deja en claro que no le gusta que sea homosexual, sí le considera mejor persona que él y siempre estará orgulloso. Es más de lo que esperaba de un homófobo declarado que además es el nuevo Inquisidor de la Clave.
¡Como olvidar a Jem! Fue una sorpresa descubrir que el fuego celestial tenía el poder de "reconvertir" a los Hermanos Silenciosos. Por fin Jem tendrá su oportunidad de vivir con Tessa la vida que no pudo en el pasado.
Aunque habitualmente los happy endings me molestan, en el sentido de que no me creo mucho que con todo lo que se arma quede tanta gente viva, no voy a quejarme en este caso. Es la saga de mi juventud y la pérdida de cualquiera de estos personajes me partiría el alma. Prefiero que se queden juntitos y felices (con el tinte agridulce en los casos de Alec/Magnus e Isabelle/Simon) y punto.
Lo que no me gustó tanto
Tal vez lo que más me indignó fue lo sucedido con Maia y Jordan. En primer lugar, me pareció un poco "meh" que fuera a Jordan al que mataran. Es un personaje que se introdujo apenas en el cuarto libro, y darle un desarrollo así para luego cargárselo... Pues no sé. Por otro lado, el hecho de que Maia quisiera cortar con él me parece sacado de la manga. Y ya no hablemos de que apenas acaba de morir Jordan y Maia ya está liándose con Bat. Coincido con mucha gente que opina que, en este caso, Cassandra Clare patinó y pecó de querer dejar a todo el mundo emparejado sí o sí. Eso jugó una mala pasada al personaje de Maia.
Sin comentarios con el detalle del preservativo en la primera vez de Clary y Jace. La escena está muy bien escrita y me gustó aunque el Clary/Jace no me llama demasiado la atención, pero ese detalle me dio un ataque de risa tremendo. Jonathan Lightwood Herondale: ¿¿te vas a un mundo de demonios y no se te ocurre otra que llevarte condones?? Macho, haztelo mirar.
Sobre las muertes... dafuq. Cassandra llevaba tiempo poniéndonos sobre aviso con que iban a morir 6 personajes y no sé qué. Al final resultó ser solo medias verdades. Los únicos personajes que dices "relevantes" (dentro de su papel secundario) que hemos perdido son a Sebastian (obvio que le tocaba palmar), Jordan, Camille Belcourt (ésta no me importa lo más mínimo, la verdad. La odiaba) y Raphael. Tal vez esta última fue la que más me dolió porque por alguna razón siempre he apreciado a Raphael, ya desde Ciudad de Hueso.
Aunque tal vez lo más doloroso ha sido lo de Simon. Eso sí me dolió con todas las letras. Tal vez no lo clasifico como cosa que no me gustó, sencillamente algo que me resultó muy triste. Quiero decir... ¿no le han pasado ya a Simon bastantes cosas como para que encima el suceso más dramático del final le toque a él? Simon, que desde el principio solo ha estado implicado en el mundo de los nefilim por Clary y después por Isabelle; el chico que tiene la parte más pequeña en todo esto, ¿es el que tiene que sacrificar sus recuerdos? Pero es que no solo son los recuerdos del Submundo: eso no me hubiera dolido tanto porque, en cierto modo, lo que Simon deseaba es una vida tranquila al márgen de monstruos y peleas a muerte. Pero también sacrificó todos los recuerdos de su infancia junto a Clary. Y eso es horrible, porque personalmente la relación de amistad de Simon y Clary me parece una de las más bonitas de estas historias. Al final parece que algo van a hacer respecto a eso y lo van a formar como Cazador de Sombras, haciéndole beber de la Copa Mortal, pero no sé si será lo mismo...
Alec & Magnus <3
Su desarrollo sencillamente se me hace mucho más real que el de la pareja protagonista, con unos altibajos bien explicados y unas disyuntivas totalmente lógicas dada su situación particular. Personalmente no ha sido ninguna sorpresa que se reconciliaran. Admito que me chocó manera bruta que rompieran en Ciudad de las Almas Perdidas, pero era muy obvio que Cassandra no iba a construir su relación durante 5 libros para luego dejarlos separados. Sería un contrasentido
Esta vez he visto los roles que han tenido hasta ahora totalmente invertidos, y eso me ha ganado. Ver que esta vez es Alec el que tiene una carrera contrarreloj para salvar a Magnus me emocionó y mucho. También el verle tan hundido, a cuestas entre la preocupación y el arrepentimiento, hasta el punto de que sus hermanos tengan que interceder por él. La escena en la cueva del mundo de los demonios, cuando se da a entender que se ha dejado al alcohol para superarlo... aixxx. La escena del reencuentro es sencillamente HERMOSA.
El desenlace de la relación no obstante me dejó un sabor agridulce. Por un lado es bonito y emotivo, ése "viviré toda mi vida contigo, hasta el día que muera, por lo tanto cada día cuenta". Da un trasfondo desgarrador y "real" a éste romance secundario que ha cautivado a tantos lectores. Increíble en todos los sentidos ese gesto final, el de Magnus dándole a Alec el libro en el que ha escrito gran parte de sus vivencias pasadas más relevantes. Es un "me lo has dado todo y yo también te lo doy, incluido mi pasado". Pero por otro lado no me parece del todo coherente con el desarrollo hasta ahora.
Creí que la cosa estaba bien encaminada en Ciudad de las Almas Perdidas, cuando Magnus aseguró que estaba dispuesto a quitarse la inmortalidad para vivir una vida normal con Alec. Sí, Alec la cagó con mayúsculas, pero supuse que el amor que Magnus sentía por él sería suficiente para perdonarle y arrancarse la inmortalidad en el siguiente libro, aunque no se lo contara. A lo largo de la historia de Magnus (incluidas las Crónicas de Bane) da a entender que Alec es la persona a la que más ha querido en toda su existencia, pero aún así está dispuesto a tratarle como "uno más" de una larga lista de ex-parejas, a seguir viviendo una vez ya no lo tenga a su lado. Me ha dejado una sensación como de "frialdad" por parte de Magnus, como si su amor por Alec no fuera tan intenso como a la inversa. A ver, es más apegado a la realidad, porque amores tan perfectos no existen (admitámoslo), pero han quedado opacados por el "por siempre y para siempre" de Jace & Clary. Y eso me duele, porque para mí el amor de Alec y Magnus era (sigue siendo, en realidad) mucho más natural y bien construido. Y más después de que Alec estaba dispuesto a quedarse en Edom simplemente para morir con Magnus, sin pensarlo ni un instante.
No sé si leeré las siguientes sagas, pero conociendo el modo de pensar de Cassandra Clare y su manía de entretejer sagas no me extrañaría que hubiera algún cambio en su relación (aunque sea mencionado de forma secundaria) en The Dark Artifices, ubicada unos pocos años después de The Mortal Instruments. Solo por eso ya estaré atenta a lo que salga.
¿Por qué los gifs de Dean dan para tanto? |
¿Hola, Magnus? Soy la realidad: ESTE ES EL DEFINITIVO.
Siento que me estoy empecinando mucho con este tema, pero es que mi mente no concibe un escenario en el que Alec envejezca y muera y Magnus sencillamente se quede, obligado a pasar página. Tal vez soy egoísta en este sentido, pero es mi OTP y el final feliz para ambos sería envejecer juntos (en mi modesta opinión).