¿Cliché?
La chica se queda con el chico "guay"
Entrada publicada originalmente en junio de 2009
La razón de este post es la sensación de "dejá vu" que sentí una vez terminé la segunda entrega de Cazadores de Sombras, Ciudad de Cenizas. Pasé un rato largo cebándome en esa idea y en qué otro libro había sufrido esa experiencia, y al final al cerrar el libro leí en la portada la recomendación de Stephenie Meyer, autora de Crepúsculo. Ahí todas las piezas encajaron.
Y es que la increíble similitud entre el triángulo amoroso de Jacob/Bella/Edward con el de Simon/Clary/Jace me resultó tan obvia como irritante. ¿Es necesario que la chica siempre elija al "guay" y "guapo" y pisotee los sentimientos del amigo "pagafantas" enamorado de ella hasta las trancas? Francamente, me parece un tópico bastante despreciable. Explicaré con más detalle el porqué de mi desagrado por este predecible desarrollo.
(ATENCIÓN, PUEDE CONTENER SPOILERS)
"Hola, soy Edward Cullen. ¿Te subes a mi flamente Volvo?"
Cualquier adolescente que esté mínimamente enterada del mundo de la literatura... Rectifico, cualquier persona normal que coja el metro o el autobús a diario habrá visto cientos de copias de esos libros con portadas negras que hablan de la historia de amor entre Bella Swan y el vampiro Edward Cullen. Hay que entrar un poco más a fondo en la trama para advertir la presencia del otro vértice del triángulo, el licántropo Jacob Black.
Como medio mundo sabrá, Bella Swan llega al pueblo de Forks y allí conoce a Edward Cullen, del que se enamora perdidamente en un espacio de pocos días. Dejando de lado lo ilógico de este enamoramiento, que bien podría ser mera atracción física y fascinación por la suprema "belleza" de Edward, Bella conoce poco después a Jacob Black, un chico indio de la tribu de los quileutes que le cuenta leyendas sobre vampiros y hombres lobo sin saber que él mismo es un licántropo. Sin embargo Jacob no supone más que un ocasional amigo para Bella, y ésta se lanza por completo a su obsesión por Edward y al descubrimiento del mundo vampírico.
La gran disyuntiva se presenta cuando en Luna Nueva Edward abandona a Bella para, según él, protegerla de los riesgos del mundo vampírico (el muy listo fue incapaz de caer en la cuenta de que Victoria andaba suelta. Muy agudo el chico no es, no). Es entonces cuando Bella se refugia en los brazos de Jacob siendo consciente de que le gusta al chico. Durante varios meses, Bella utiliza (sí, utiliza, pues ella mismo lo reconoce) a Jacob para no caer en una depresión más profunda, dándole falsas esperanzas y usándole como sustituto de Edward (llega incluso a llamarle "mi sol de respuesto"). Por aquellos tiempos Jacob llega a la adolescencia y empieza a convertirse en hombre lobo, con lo cual no deja ni un segundo de proteger a Bella de Victoria, la vampiresa que quiere asesinarla como venganza contra Edward.
Bella le utiliza hasta saciedad como paño de lágrimas, prometiéndole que siempre será especial para ella por todo lo que ha hecho, pero ante la mínima promesa de poder ver a Edward le abandona sin pensarlo un sólo segundo y se marcha hasta Italia para perseguir al vampiro. A su regreso Jacob ha decidido cortar su relación con ella por obvias razones, pero como si no le hubiera hecho bastante daño ella se empeña en verlo una y otra vez para arreglar las cosas y seguir siendo amigos como si el rechazo no se hubiera producido: Bella quiere seguir teniendo su "puerto seguro" y, por supuesto, espera que Jacob siga poniéndole buena cara y complaciendo sus caprichos. A final de Eclipse, y estando Jacob medio convaleciente por haberse partido todo los huesos del cuerpo mientras protegía a Bella de un ejército de vampiros, recibe la invitación a la boda de Edward y Bella con una nota de éste dirigida a él. Recalco que para mí la saga termina en Eclipse porque Amanecer me parece una aberración, así que lo dejo aquí.
Ahora pregunto, ¿hay o no hay razones para odiar este desarrollo? ¿Era necesario que los sentimientos de Jacob fueran vapuleados de tal manera? Por supuesto la cosa empeora al fijarnos en el detalle de que Edward pasea por Forks en coches de lujo y regala diamantes en forma de corazón mientras Jacob sólo puede permitirse recuperar camionetas del desguace y tallar figuras de madera con sus propias manos como regalo. Desde el principio se trata de una contienda injusta: ¿puede el humilde Jacob Black competir con el rico y "perfecto" Edward Cullen? Está claro que el vampiro tiene más armas para comprar el amor de Bella, pero eso no implica que los sentimientos de Jacob deban ser tratados tan a la ligera. Por lo demás, es inexplicable que Bella siga besando los pies de un novio que le rompe el coche para que no pueda ir a ver a su rival: eso, para mí, es acoso.
Sinceramente, lo que no entiendo es que relaciones del tipo Edward/Bella resulten tan "atrayentes" y "románticas" a ojo de las lectoras cuando en realidad son insanas y enfermizas. Y lo peor es que se eche pestes al personaje de Jacob Black cuando es él el que ha sido utilizado por la protagonista y desechado después como un juguete roto.
En fin, siempre quedan los fanfiction Jacob/Bella, mucho más lógicos y sanos que el libro real.
"Me llamo Jace Wayland. Soy guapo y sarcástico. ¿A que molo?"
Antes de empezar debo recalcar que Clary me parece un personaje mil veces mejor y mucho menos odiable que Bella Swan (en serio, ¿sabe Cassandra Clare lo que la perjudica que el nombre de Stephenie Meyer salga en su portada?), pero eso no hace que sus decisiones y manera de expresar sus sentimientos sean menos cuestionables.
En el caso de Cazadores de Sombras, en Ciudad de Hueso se nos presenta a Clarissa Fray, una chica un tanto friki que acude con su mejor amigo Simon a la discoteca de moda Pandemónium. Allí conoce a Jace Wayland, un chico misterioso y atractivo que resulta ser un cazador de sombras que mata criaturas del Inframundo que hacen de las suyas por Nueva York, tales como vampiros, hadas, demonios o licántropos. Él y sus dos amigos (los geniales hermanos Alec e Isabelle Lightwood) iban cubiertos con un hechizo que les impedía ser vistos, así que llegan a la conclusión de que Clary es especial y la introducen en el mundo de los cazadores de sombras. El caso es que Jace es sumamente desagradable con ella y es todo arrogancia y sarcasmo pero aún así, misteriosamente, a ella le gusta (inclusive le da una exagerada importancia al aspecto físico). No sólo es grosero con ella sinó también con su amigo Simon, dado que él es un simple humano sin ningún tipo de poder.
Por supuesto, Simon está secretamente enamorado de Clary desde que eran niños pero nunca se ha atrevido a confesarlo. Así, después de confesárselo con muchos esfuerzos se ve rechazado y se marcha, herido por la intermisión de Jace, pero aún así regresa en un momento inesperado para salvar la vida tanto de Clary como la de Jace. Aunque lo que existe entre Clary y Jace es notoriamente fruto de la atracción sexual, eso no cambia cuando descubren que con hermanos.
A diferencia del caso anterior, Clary sí que da una oportunidad al amor de Simon porque le quiere muchísimo y no soporta la idea de perder a alguien tan importante como él. Sin embargo esa relación sigue quedando opacada por Jace y su atractivo al que Clary es difícil de resistirse, menospreciando así los duraderos sentimientos de Simon. De hecho y por diversas circunstancias, Jace y Clary se besan delante de Simon en una ocasión: de nuevo el chico sinceramente enamorado ve como echan por tierra su amor y la chica prefiere al "guay" y "chulo" de turno. La cosa empeora cuando Simon es convertido en vampiro, pues si bien Clary sigue teniéndole mucho cariño eso los distancia aún más. Al final de Ciudad de Cenizas, Simon decide dejar vía libre a Clary por voluntad propia aunque le confiesa que sigue profundamente enamorado de ella, y le promete intentar algo con Maia (una mujer loba).
En esta ocasión la autora tiene un poco más de tacto con Simon y le da la oportunidad de rehacer su vida, pero me pregunto por qué siempre es el amigo de la chica, cuyo amor es lento y persistente, verse derrotado en favor de otro chico que consigue conquistar a la chica de turno por su mero atractivo físico o una actitud "chulesca". Sintiéndolo mucho me parece un tópico de lo más superficial.
Otros casos famosos
Por citar alguno encontramos algo parecido en Memorias de Idhún, de la genial autora valenciana Laura Gallego García. En dicha novela se produce el famoso triángulo amoroso Jack/Victoria/Kirtash, siendo Jack el amigo obstintado y espontáneo y Kirtash el chico frío y distante de actitud cruel. En primera instancia Victoria se siente atraída por Kirtash, a pesar de ser un asesino que pretende matarla y que eliminó a los padres de su amigo Jack. ¿Es lógico que una chica se enamore de alguien que quiere matarla y que para ello tenga que herir al chico que estuvo a su lado y que la quiere con sinceridad? En este caso (afortunadamente) el triángulo se soluciona de una forma equitativa... o mejor dicho no se soluciona pues Victoria se queda con los dos, pero en diversas partes de la historia se deja ver la preferencia de Victoria por Kirtash, llegando a decir que los quiere mucho a ambos pero que "si tuviera que renunciar a alguien, abandonaría a Jack". Por lo tanto Jack tiene que soportar la presencia de Kirtash en la vida de Victoria, a pesar del odio instintivo que siente por él al ser de razas enemigas (son híbridos entre dragones y sheks [serpientes aladas]).
Algo parecido sucede en Dos velas para el diablo, de la misma autora, aunque en este caso no hay triángulo y sólo hay una chica y un demonio de lo más seductor y borde...
Sinceramente, espero que esto no se convierta en un cánon porque suelo odiar este desarrollo. ¿No puede ser igual de atractiva y excitante una historia romántica en la que la chica elija finalmente al chico que estuvo a su lado y la apoyó en todo momento? Vamos, al menos que su decisión final sea por razones de más peso que un mero vistazo al físico o una frase sarcástica que suelte el "chulo" de turno y que consiga enamorarla...
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EDITO: ENERO 2015
Aquí un vídeo que hice sobre el tema en mi canal de Youtube:
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